ASOCIACIÓN GERONTOLÓGICA DEL MEDITERRÁNEO

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jueves, 5 de mayo de 2011

DEL GENESIS A LA GENETICA DEL ENVEJECIMIENTO

Génesis: Origen o principio de algo. Serie encadenada de hechos y de causas que conducen a un resultado. Título del primer libro del Antiguo Testamento, en que se da una explicación del origen del mundo.

Genética: Perteneciente o relativo a la génesis u origen de las cosas. Parte de la biología que trata de la herencia y de lo relacionado con ella.

¿Tienen el Génesis y la Genética puntos de contacto más allá de la etimología?

Si bien Matusalén podía haber alcanzado el record Guinness de longevidad: “Fueron, pues, todos los días de Matusalén novecientos  sesenta y nueve años; y murió”  (Génesis 5, 27), todas las generaciones desde Adán, salvo alguna excepción, alcanzaban una edad media de ochocientos ochenta años hasta que “Y dijo Dios: No permanecerá  mi espíritu en el hombre para siempre, porque ciertamente él es carne; mas serán sus días ciento veinte años (Génesis 6,3).

¿Cómo es posible que en el libro del Génesis se establezca con tanta certeza la longevidad máxima del hombre, una característica de especie programada genéticamente?

Tal vez por esta razón Matusalén está de moda en Gerontología. La prestigiosa revista Science publicó en 1998 un articulo en el que se comprobaba que la mutación genética Methuselah (Matusalén)  incrementa la longevidad de la Drosophila  melanogaster  (mosca de la fruta) en aproximadamente un 35% y la resistencia a diversas formas de  estrés como las altas temperaturas, el exceso de producción de radicales libres o la malnutrición severa. Más recientemente otro artículo en la misma revista titulaba “En busca de Matusalem…”, como unos nuevos Ponce de León en busca de la fuente de la eterna juventud.

En la revista The Economist se publicó la noticia de la creación del Methuselah Mouse Prize con el objetivo de prolongar la longevidad del ratón rompiendo el record establecido en cinco años, para un animal que habitualmente vive tres, y obtener también un mayor rejuvenecimiento. La mayor longevidad se ha conseguido en un ratón con modificaciones en el receptor para la hormona del crecimiento y un tamaño menor que el habitual,  mientras que el mayor rejuvenecimiento se ha obtenido mediante  una dieta de restricción calórica.

En el capítulo 6 del Génesis se siguen desvelando los componentes del  envejecimiento: la genética y la acción del medio ambiente.

“Aconteció que cuando comenzaron los hombres a multiplicarse sobre la faz de la tierra, y les nacieron hijas, que viendo los hijos de Dios que las hijas de los hombres eran hermosas, tomaron para sí mujeres, escogiendo entre todas” (Génesis 6, 1-2)

¿Quiénes eran esos hijos de Dios que se unieron con las hijas de los hombres?

Existen muchas teorías al respecto incluyendo a “Angeles de Dios”, a los descendientes de Set, llamados así por su amor a Dios, e incluso a seres extraterrestres (recomiendo navegar por Internet  para hacerse una idea de la amplia variedad de teorías al respecto).

“Había gigantes en la tierra en aquellos días, y también después que se llegaron los hijos de Dios a las hijas de los hombres, y les engendraron hijos. Estos fueron los valientes que desde la antigüedad fueron varones de renombre”  (Génesis 6, 4).

En cualquier caso, además de conocer la expectativa de vida máxima potencial en el ser humano de 120 años, el Génesis también parece conocer que en la herencia de la longevidad es fundamental el papel de la madre. Según un trabajo publicado en "Proceedings of the National Academy of Sciences" los centenarios son cinco veces más propensos que la población en general a tener una mutación específica en su DNA mitocondrial (mtDNA), y el DNA mitocondrial pasa solamente de la madre a la descendencia. Esta mutación cambia el lugar en que comienza a reproducirse el ADN mitocondrial, y quizás eso pueda acelerar su replicación, permitiendo al individuo sustituir moléculas dañadas más rápido.