Los CEAM (Centros Especificos de Atención a los Mayores) son centros de atención preventiva, destinados a ofrecer servicios especializados tendentes a lograr el mantenimiento de las personas mayores en un estado físico y emocional que les permita valerse por sí mismas, y permanecer en su medio familiar y social. Entre los objetivos de estos centros destacan el propiciar hábitos de vida saludable y dinamizar las relaciones interpersonales y grupales, convirtiéndose en un recurso de apoyo tanto para los mayores como para sus familiares, al objeto de facilitarles el permanecer en su entorno el máximo tiempo posible y con la mejor calidad de vida.
Sus usuarios son personas mayores de 60 años a los que el centro ofrece los siguientes servicios: Prevención y mantenimiento de la salud, Rehabilitación preventiva, Información y formación, Actividades físico-deportivas, Actividades ocupacionales, Actividades sociales y educativas, Restauración (servicio mínimo de cafetería), Podología y Peluquería.
Sus usuarios son personas mayores de 60 años a los que el centro ofrece los siguientes servicios: Prevención y mantenimiento de la salud, Rehabilitación preventiva, Información y formación, Actividades físico-deportivas, Actividades ocupacionales, Actividades sociales y educativas, Restauración (servicio mínimo de cafetería), Podología y Peluquería.
El área de mantenimiento de la salud tiene como uno de sus objetivos específicos la prevención primaria y secundaria de los factores de riesgo de enfermedades que pueden condicionar dependencia. La educación sanitaria, como forma de prevención en Geriatría tiene, como objetivo, en este caso, aumentar los conocimientos sanitarios de la población anciana para corregir conductas que influyan negativamente sobre la salud, así como la calidad de vida de las personas mayores. Los métodos para realizar esta educación sanitaria pueden ser individualizados o en grupo, mediante la expresión verbal, escrita o con demostraciones prácticas.
Una de las causas más importantes de discapacidad en las personas mayores son las enfermedades cardiovasculares. Existe constatación científica de que la prevención de los factores de riesgo cardiovascular (hipertensión, colesterol elevado, tabaquismo, obesidad, diabetes y sedentarismo), llevar una alimentación sana, practicar regularmente ejercicio físico y mantener activa la función intelectual podría lograr reducir la dependencia funcional en el anciano.
Metodología
Sujetos.
Inicialmente han participado en el programa 40 usuarios de edades comprendidas entre 60 y 83 años, con una edad media de 69.17 años (dt 4.87), un 67% mujeres.
El programa se ha desarrollado a lo largo de seis meses por un Diplomado Universitario en Enfermería, con la colaboración de un Fisioterapeuta y un Médico Geriatra, e integrado en el contexto de talleres y actividades del centro coordinados por un Trabajador Social.
Material y método.
Se han utilizado dos tipos de técnicas:
- el trabajo en grupo mediante talleres, y
- la entrevista de salud, de forma individualizada.
Semanalmente se han realizado 2 reuniones en aula con dos grupos de usuarios: un grupo con riesgo cardiovascular y un grupo con patología osteomuscular. Se ha fomentado la comunicación y las técnicas de dinámica de grupos al objeto de facilitar la información y formación necesarias para comprender la necesidad del control de los factores de riesgo cardiovascular, la importancia de los estilos de vida saludables, en especial el ejercicio físico, la nutrición y el control del sobrepeso, y de un adecuado cumplimiento farmacológico, todo ello dirigido a la prevención de la incapacidad y la dependencia.
En este sentido se les entregó material de apoyo consistente en recomendaciones e información escrita sobre los temas tratados en los talleres para la consecución de los objetivos individuales y colectivos.
Una vez a la semana se ha realizado una conferencia coloquio, impartida por el médico geriatra, reforzando la idea de la importancia de la prevención e informando de la evidencia científica existente en el momento actual.
La entrevista individualizada incluía, además de una revisión de los medicamentos que consumía el usuario, un control de tensión arterial, glucemia y colesterol total, así como una valoración del dolor osteomuscular.
La tensión arterial se midió con el tensiómetro OMROM M6 en el brazo derecho en posición sentada tras unos minutos de reposo. La determinación de colesterol se realizó con el Accutrend GC y la glucosa con el Accu-check Compact, ambos en sangre capilar. Todas las medidas se realizaron entre las 11 y las 13 horas.
La valoración del dolor habitual osteomuscular se realizó mediante la Escala Analógica Visual.
La asistencia media a los talleres a lo largo de los 6 primeros meses de implantación del programa ha sido de un 43.5% al taller de patología osteomuscular y de un 50% al de prevención de riesgo cardiovascular.
Los resultados obtenidos en el control de la tensión arterial, glucemia y colesterol total así como del control del dolor se muestran en la tabla 1 y en los gráficos 1 a 4.
Tabla 1
Al inicio | A los 6 meses | |
Tensión arterial | 137.5 / 87.5 | 133.6 / 83.6 |
Colesterol total | 205.5 mg/dl | 195 mg/dl |
Glucemia | 124.8 mg/dl | 114.8 mg/dl |
El porcentaje de usuarios con cifras de tensión arterial inferiores a 130/80 ha aumentado del 20% al 40.5%, disminuyendo el porcentaje de hipertensos no controlados con tensión arterial superior a 140/90 del 28.5% al 18.9%.
Gráfico 1
En cuanto a las cifras de glucemia también se observa una tendencia a la disminución. Manteniéndose estable el porcentaje de personas con cifras entre 80-100 mg/dl, se observa como disminuye el número de usuarios con cifras superiores a 120 y especialmente aquellos con glucemias superiores a 200 mg/dl que bajan bajan del 13.5% al 5.4%.
En el gráfico 4 se observa cómo el porcentaje de personas que valoran su dolor osteomuscular habitual por encima de un EVA de 6 se reducen del 32.2% al 18.9% tras su participación en los talleres lo que supone, en términos generales, una disminución del dolor intenso.
Gráfico 4
Discusión
Una reciente revisión considera que la existencia de evidencias cientificas para los programas de Actuación Comunitaria en Promocion de la Salud justifican plenamente su incorporación a las carteras de servicios de atención primaria.
Tanto la entrevista individualizada como la educación sanitaria por grupos están recomendadas en las guías para el diagnóstico y tratamiento de la hipertensión arterial.
Nuestros resultados preliminares de la intervención efectuada en el área de promoción de la salud y prevención de la dependencia son satisfactorios, si bien todavía la muestra no es representativa de los usuarios de un centro al que asisten diariamente más de 700 personas.
Somos conscientes de que los participantes en el programa de talleres y actividades están predispuestos positivamente a la mejora de su salud lo que puede provocar un sesgo en los resultados. No obstante, y a pesar de que la asistencia media a sido de un 50% aproximadamente, se objetivan resultados favorables, concretados en una disminución de los niveles de tensión arterial, de colesterol total y de glucemia así como la tendencia a una disminución de la sensación de dolor.
Otro aspecto ha sido la valoración positiva del programa por los usuarios del mismo que han manifestado un grado de satisfacción de 7 en una escala de 0 (nada satisfecho) a 10 (muy satisfecho).
La oferta complementaria de actividades en el CEAM como las sesiones de fisioterapia realizadas o la participación activa en el programa de gerontogimnasia no han sido tenidas en cuenta como variables condicionantes de los resultados obtenidos.
Estas variables de confusión existentes así como lo limitado de la muestra nos han decidido a no utilizar técnicas estadísticas para la valoración de los resultados obtenidos sino que nos limitamos a exponer una tendencia positiva que deberá ser comprobada más adelante.
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